miércoles, 11 de marzo de 2015

¿QUE SE ENTIENDE POR INTERVENCIÓN PSICOPEDAGOGICA?

La intervención psicopedagógica se ha llegado a conocer de diversas maneras, tales como intervención psicoeducativa, pedagógica, psicológica, etc., sin embargo, el término “psicopedagógico” se utiliza principalmente para hablar de un grupo de actividades que ayudan a solucionar problemas específicos, evitar la aparición de problemas adicionales, además de apoyar a las instituciones para que la enseñanza y la educación se dirijan principalmente a las necesidades, tanto  de los alumnos como de la sociedad en general.


            Entender la intervención psicopedagógica como un proceso integrador e integral exige el reconocimiento de diferentes acciones  que atiendan a los objetivos y contextos a los cuales va a dirigida; numerosos autores nos han provisto de una propuesta de principios en lo que a la acción psicopedagógica se refiere:

            Principio de prevención: se conoce a la intervención como un proceso anticipado a diversas situaciones causantes de dificultar el desarrollo integral de las personas. La prevención se aplica para para impedir el surgimiento de problemas, o, en caso de que estos problemas ya existan, contrarrestarlos.


            Este tipo de intervención preventiva debe aplicarse de manera grupal, con los individuos que no presenten irregularidades importantes, aunque esto no elimina a la posible población en riesgo. Por otro lado, se trata de disminuir el los casos de población que en algún momento se puedan ver afectados por cualquier fenómeno, principalmente personal o contextual, formulando una serie de competencias que se puedan desarrollar de manera adaptativa en caso de fracasar con la modificación del contexto negativo.

            Principio de desarrollo: la condición moderna que afecta a la intervención psicopedagógica han complementado con este principio al de prevención, teniendo en cuenta las etapas del ciclo vital del sujeto, en especial la fase de escolarización, en la cual el sujeto se enfrenta tanto a su desarrollo evolutivo como a la aparición de un contexto de relaciones y exigencias a nivel cognitivo, social y comportamental.


            Dicho lo anterior, se entiende que el propósito de la educación consiste en aumentar y activar el desarrollo potencial de las personas, realizando acciones que ayuden a la conformación de una personalidad propia, mejorar sus capacidades, habilidades y motivaciones a partir de dos enfoques teóricos no divergentes pero si diferenciales: el enfoque madurativo y el enfoque cognitivo, de los cuales el primero trata de las etapas sucesivas en el proceso vital de toda persona, con una gran dependencia de los componentes biológicos; el segundo se enfoca más en la experiencia y la educación como generadoras de desarrollo. Según Miller (1971), un enfoque no excluye al otro: por el contrario, cuando ambos se toman en cuenta es posible una adecuada flexibilidad teórica y por lo tanto una intervención integral.


            Principio de acción social: en este principio se da la posibilidad de reconocer las variables contextuales, lo cual es fundamental para la aplicación de las competencias obtenidas en la intervención, para adaptarse y  hacer frente a estas en su constante transformación.




No hay comentarios:

Publicar un comentario